Las negociaciones entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) avanzan a una etapa crucial tras la reunión entre el presidente Javier Milei y la directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, durante la gira presidencial en Estados Unidos. Con un nuevo programa financiero en el horizonte, el FMI enviará su equipo técnico a Buenos Aires luego de casi un año, en busca de delinear los próximos pasos para un acuerdo que incluirá desembolsos frescos y un plan para desmantelar gradualmente los controles cambiarios.
Qué está en juego en las negociaciones
El objetivo principal del Gobierno argentino es alcanzar un nuevo programa que permita obtener financiamiento adicional, estimado en un mínimo de USD 11.000 millones. Este monto no solo reforzaría las reservas del Banco Central, sino que también sería utilizado para cancelar parte de las Letras Intransferibles emitidas por el Tesoro, un compromiso heredado de gestiones anteriores.
En términos concretos, las discusiones con el FMI giran en torno a:
- Equilibrio fiscal: El Gobierno busca consolidar los avances logrados en 2024, cuando alcanzó un superávit primario luego de 123 años. Sin embargo, enfrenta el desafío de mantener ese equilibrio en un contexto de alta inflación y restricciones económicas.
- Acumulación de reservas: El Banco Central quedó lejos de alcanzar las metas de reservas exigidas, atribuyendo este déficit a pagos de deuda adelantados y a la falta de desembolsos pendientes de 2024.
- Desmantelamiento del cepo cambiario: Una de las mayores preocupaciones del FMI es la necesidad de establecer un plan creíble para flexibilizar el tipo de cambio y eliminar los múltiples tipos de cambio existentes.
Desafíos y observaciones del FMI
En su evaluación Ex Post del programa Extended Fund Facility (EFF), el FMI reconoció avances significativos, como la eliminación del financiamiento deficitario por parte del Banco Central y la implementación de anclas fiscales. Sin embargo, también destacó la necesidad de adoptar un tipo de cambio más flexible y desmantelar los controles cambiarios, lo que consideran esencial para recuperar el acceso a los mercados internacionales.
El informe del Fondo subrayó que “la acumulación de reservas se encuentra amenazada por amplios controles cambiarios y la apreciación del tipo de cambio real». Esto representa un punto de fricción en las negociaciones, ya que el Gobierno insiste en mantener su estrategia para contener la inflación mientras se reducen las restricciones de forma paulatina.
Acciones previas y próximos pasos
Para cristalizar el acuerdo, se requerirán algunas «acciones previas obligatorias» (prior actions) por parte de Argentina. Estas podrían incluir medidas como la presentación de un presupuesto ajustado o reformas económicas específicas, similares a las condiciones que el FMI impuso en la octava revisión del acuerdo anterior.
Además, el primer vencimiento de intereses de 2025, de USD 650 millones, llegará el 1 de febrero, un recordatorio de las obligaciones financieras que el país deberá afrontar con sus reservas.
Declaraciones oficiales y perspectivas
Tras el encuentro con Georgieva, el ministro de Economía, Luis Caputo, destacó la mejora en las relaciones con el FMI: “Hoy hay credibilidad y confianza entre ambas partes, construida por el cumplimiento inclaudicable de lo comprometido”. Mientras tanto, desde el organismo financiero se espera un acuerdo que brinde estabilidad y una hoja de ruta clara para la economía argentina.
Las próximas semanas serán cruciales para definir los términos del nuevo programa, que marcará un hito en la política económica del Gobierno y en las relaciones con los mercados internacionales.