Juan Cruz Sveda, gerente de la empresa tecnológica WAIA, compartió su visión sobre los pasos clave para dar inicio a un emprendimiento tecnológico. Según explicó, el primer paso fundamental es tener muy bien definidos los requerimientos del proyecto. «Es clave saber cómo queremos que funcione la aplicación o el sitio web en el que se basa nuestra idea. A partir de esos requerimientos, el proveedor de software podrá definir la mejor manera de desarrollar el proyecto», señaló.
Nos comenta que en WAIA tuvieron experiencia con diferentes proyectos de start ups en los que comenzaron en una idea y fue tomando forma para transformarse en aplicaciones que utilizan los clientes.
El gerente también destacó los desafíos que implican los costos y los tiempos en el desarrollo tecnológico. «Uno de los principales obstáculos en este ámbito son los altos costos y el tiempo que lleva crear un producto. Por eso, lo más recomendable es comenzar con un MVP (Producto Mínimo Viable). Esta versión inicial permite probar la idea en el mercado sin comprometer grandes recursos y minimizando riesgos», comentó.
Juan Cruz explicó que el MVP debe desarrollarse pensando en la escalabilidad: «Aunque el MVP no será el producto ideal con el que competiremos en el mercado, es crucial que esté basado en una tecnología escalable. Si el proyecto tiene éxito, necesitará ampliaciones y mejoras para transformarse en un producto robusto que ofrezca la mejor experiencia al usuario. De lo contrario, podríamos enfrentarnos a la necesidad de rehacer todo desde cero con una tecnología más avanzada».
Además, comentó que la validación de una idea puede tomar varios meses, lo que hace del MVP una solución práctica: «El MVP es más sencillo de mantener en términos de costos, ya sea de servidores, integraciones o licencias. Esto facilita que los emprendedores puedan probar su idea en el mercado sin comprometerse demasiado financieramente».
Una vez validado el MVP, el siguiente paso, explicó Sveda, es trabajar en la primera versión completa del producto. «Cuando el MVP demuestra ser exitoso, generalmente surgen ideas para mejorar el diseño, las funcionalidades o la eficiencia del proyecto. Este es el momento de avanzar hacia un producto más sólido que puedan utilizar los usuarios», agregó.
Por otra parte, Sveda subrayó la importancia de elegir un buen socio tecnológico. «El proveedor del sistema debe ser confiable, con capacidad de trabajar a largo plazo, ya que será clave en el desarrollo del producto. En algunos casos, incluso se opta por hacer al proveedor un socio del proyecto para garantizar su compromiso y solidez. Sin embargo, no siempre es fácil encontrar una empresa de software dispuesta a invertir en una startup», señaló.
En relación a trabajar con freelancers, Sveda reconoció que esta puede ser una alternativa válida para reducir costos iniciales. «Los freelancers suelen ser una opción más económica, pero hay que tener en cuenta que muchos se mueven rápidamente de un cliente a otro. Esto puede complicar el desarrollo continuo del proyecto después del MVP. En estos casos, es probable que sea necesario contratar una empresa para continuar con el desarrollo o rehacer el proyecto desde cero», explicó.
Finalmente, Juan Cruz Sveda destacó la importancia de planificar desde el principio y mantener un enfoque estratégico: «Definir claramente los requerimientos, pensar en la escalabilidad del proyecto y elegir con cuidado a los socios tecnológicos son pasos clave para asegurar el éxito. Comenzar con un MVP es una excelente forma de reducir riesgos, pero siempre hay que tener en mente el largo plazo y las posibles mejoras necesarias para construir un producto competitivo y sostenible».