En medio de un clima de alta tensión y protestas masivas, Nicolás Maduro asumirá hoy un controvertido tercer mandato presidencial, pese a las acusaciones de fraude electoral y represión contra la oposición. Este escenario ha sacudido al país, con movilizaciones masivas de ambos bandos: los simpatizantes del chavismo y los opositores que claman por un cambio en el poder.
Maduro se autoproclamó vencedor de las elecciones del 28 de julio de 2024, a pesar de que las papeletas revisadas por organismos internacionales y sectores opositores reflejan una contundente derrota frente a Edmundo González Urrutia, el candidato opositor que fue proscripto y desconocido por las autoridades del régimen bolivariano.
María Corina Machado: secuestro y resistencia
En la víspera de la asunción de Maduro, la jornada se tiñó de violencia cuando María Corina Machado, una de las líderes más importantes de la oposición, reapareció en una protesta en Chacao, al norte de Caracas, tras cuatro meses en la clandestinidad. Rodeada por un despliegue militar y milicianos armados enviados por el gobierno, la dirigente lanzó un contundente mensaje: “Nadie tenga dudas, lo que hagan mañana sentencia el final del régimen”.
Poco después de su discurso, agentes de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) detuvieron a Machado en un violento operativo que incluyó disparos hacia su comitiva. Aunque fue liberada horas más tarde, el episodio despertó una ola de indignación a nivel internacional, con llamados de organismos y gobiernos a garantizar su seguridad.
Edmundo González Urrutia, considerado el legítimo presidente electo por la oposición, exigió su liberación inmediata y advirtió a las fuerzas de seguridad: “No jueguen con fuego”.
El impacto internacional y la polarización en las calles
Mientras el régimen de Maduro intenta consolidar su poder, la comunidad internacional observa con preocupación. Gobiernos de distintos países han condenado la represión y solicitado garantías para los derechos humanos de los opositores.
Por otro lado, en las calles de Caracas, el clima es explosivo. Las movilizaciones opositoras desafían a los seguidores del régimen, que cuentan con el respaldo de milicias armadas. A pesar de los intentos del gobierno por neutralizar las manifestaciones, miles de personas salieron a expresar su rechazo a la continuidad de Maduro en el poder.
El mensaje de fondo
En un país donde la crisis política, económica y social ha desbordado todos los límites, la juramentación de Maduro no solo representa la extensión de una dictadura, sino también un desafío para los sectores que aún resisten en busca de un cambio democrático. Con líderes opositores perseguidos y una población dividida, Venezuela enfrenta uno de los momentos más críticos de su historia reciente.
Hoy, con la tensión al máximo, Maduro buscará mantenerse en el poder mientras la oposición promete no ceder en su lucha por la libertad.