Miles de personas se movilizaron en Seúl para exigir la detención de Yoon Suk Yeol, acusado de ordenar acciones militares durante la imposición de la ley marcial.
La resolución de su destitución queda en manos del Tribunal Constitucional, mientras enfrenta cargos que podrían llevarlo a cadena perpetua o la pena de muerte.
El camino hacia la crisis política
Corea del Sur, conocida por su estabilidad democrática y desarrollo económico, enfrenta una de sus crisis políticas más profundas en años. La destitución de Yoon Suk Yeol, expresidente y figura controvertida, desató un conflicto institucional marcado por movilizaciones masivas, investigaciones judiciales y un intenso debate sobre la legitimidad de su gobierno.
El epicentro de la crisis radica en la imposición de la ley marcial a inicios de diciembre de 2024, una medida que generó una rápida reacción del Parlamento, el cual logró revocar la decisión en medio de un tenso enfrentamiento con las fuerzas militares. Las acusaciones de insurrección y abuso de poder contra Yoon, sumadas a la polarización política en el país, han sacado a miles de personas a las calles, tanto para exigir su detención como para defenderlo.
Con el Tribunal Constitucional aún evaluando la validez de su destitución, el panorama político surcoreano se encuentra en una encrucijada que podría redefinir el futuro del país y de su democracia.
Manifestaciones en la capital surcoreana
El pasado sábado, miles de manifestantes tomaron las calles del centro de Seúl para exigir la detención del expresidente Yoon Suk Yeol, quien enfrenta acusaciones de insurrección por la imposición de la ley marcial, revocada previamente por el Parlamento. Según la Policía, unas 35.000 personas participaron en las protestas, mientras que los organizadores elevaron la cifra a 500.000.
El Palacio de Gyeongbok fue el punto de encuentro principal para los detractores de Yoon, quienes corearon consignas como «Detención inmediata de Yoon Suk Yeol», en un ambiente animado con canciones de K-pop y luces portátiles. La protesta incluyó demandas para que el Tribunal Constitucional disuelva el Partido del Poder Popular (PPP), al cual pertenece el expresidente.
Entre los asistentes estuvo Lee Jae Myung, líder del opositor Partido Democrático, quien respaldó las peticiones de justicia.
Contramanifestación de apoyo a Yoon
Simpatizantes de Yoon también se congregaron cerca de la Estación de Gwanghwamun, a escasa distancia de los manifestantes opositores. Portando pancartas con mensajes como «La destitución es inválida» y «Detención de Lee Jae Myung», los seguidores del expresidente expresaron su descontento.
Yoon Sang Hyun, diputado del PPP, ofreció disculpas públicas por no haber impedido la destitución de Yoon y, en un gesto simbólico, se arrodilló ante los manifestantes.
Investigación por insurrección militar
Un informe de la fiscalía, publicado por la agencia AFP, acusa a Yoon de ordenar al ejército ingresar al Parlamento el 3 de diciembre tras declarar la ley marcial. Según el documento, el expresidente habría autorizado el uso de fuerza letal para garantizar el cumplimiento de sus órdenes.
«¿Aún no han entrado? ¿Qué están haciendo? Derribe la puerta y sáquelos, aunque sea a tiros», habría dicho Yoon al jefe del comando de defensa de Seúl, Lee Jin-woo. Estas declaraciones forman parte de las pruebas presentadas por la fiscalía.
Futuro legal del expresidente
Yoon Suk Yeol fue destituido por el Parlamento y espera una resolución del Tribunal Constitucional para confirmar o revocar su salida en un plazo máximo de seis meses. Las acusaciones en su contra podrían llevarlo a enfrentar cadena perpetua o incluso la pena de muerte.
El abogado de Yoon calificó el informe como «un relato unilateral que no se corresponde con las circunstancias objetivas». Mientras tanto, el expresidente ha ignorado dos citaciones de la Oficina de Investigación de la Corrupción y fue convocado nuevamente para una audiencia el domingo.