Colombia y Estados Unidos atravesaron este domingo un episodio de alta tensión diplomática y comercial. Los presidentes Donald Trump y Gustavo Petro anunciaron inicialmente la imposición mutua de aranceles de hasta el 25% a las importaciones de ambos países, lo que marcó un punto crítico en su relación bilateral.
Sin embargo, en una resolución de último minuto, ambos gobiernos lograron un acuerdo para evitar que las sanciones entraran en vigor. Este pacto puso fin, al menos temporalmente, a una disputa que amenazaba con desestabilizar una de las relaciones estratégicas más importantes en América Latina. Puesto que, durante décadas, Estados Unidos y Colombia han mantenido una relación estratégica basada en intereses comunes. Programas como el Plan Colombia, implementado a principios de los 2000 cuyo fin fue combatir el narcotráfico, y el Tratado de Libre Comercio (TLC) firmado en 2012, han sido pilares fundamentales de esta alianza.
El detonante: inmigrantes deportados y el rechazo colombiano
El conflicto comenzó con la decisión del presidente colombiano de negar el aterrizaje de dos aviones militares estadounidenses que transportaban a 160 colombianos deportados. Petro argumentó que no permitiría el trato indigno hacia sus compatriotas.
En respuesta, Donald Trump ordenó una serie de medidas severas, incluyendo la imposición inmediata de aranceles del 25% sobre productos colombianos, con la posibilidad de incrementarlos al 50% en una semana. Además, anunció restricciones de visas para funcionarios del gobierno colombiano y sanciones económicas, incluidas acciones bajo la Ley de Poderes Económicos en Emergencias Internacionales (IEEPA).
Impactos económicos
La posible implementación de estas sanciones habría tenido un impacto directo en las exportaciones colombianas hacia Estados Unidos, que es el principal destino de los productos colombianos, representando un tercio del total. Entre enero y octubre de 2024, estas exportaciones alcanzaron los 13.106 millones de dólares, con productos clave como flores, café, petróleo y bananas.
Colombia, el mayor exportador de flores a Estados Unidos, habría visto afectada su capacidad de abastecer el mercado para fechas críticas como San Valentín, cuando exporta más de 700 millones de tallos. Asimismo, el café colombiano, del cual, el país norteamericano importa un 27%, podría haber sufrido aumentos de precios significativos, afectando tanto a consumidores estadounidenses como a productores colombianos.
Colombia también respondió con medidas similares, anunciando aranceles sobre productos estadounidenses como petróleo, maíz, harina de soja, equipos eléctricos y componentes de aviones. Entre enero y octubre de 2024, Colombia había importado bienes estadounidenses por un valor de 13.403 millones de dólares. De haberse concretado, este intercambio de medidas habría aumentado los costos para consumidores y empresas en ambos países, agravando una ya tensa relación económica.
Un acuerdo de última hora
La tensión culminó en la noche del 26 de enero, cuando la Casa Blanca anunció un acuerdo con el Gobierno colombiano. Según el comunicado, Colombia aceptó recibir a los deportados en condiciones dignas, mientras que Estados Unidos suspendió las sanciones comerciales y financieras.
El canciller colombiano y el embajador en Washington viajarán en los próximos días para fortalecer los acuerdos alcanzados, mientras se monitorea el cumplimiento de las condiciones establecidas.
Posicionamientos y discurso de resistencia de Petro
Gustavo Petro se mostró firme frente a las acciones de Trump, enviando un mensaje de defensa de la soberanía y dignidad de Colombia. En una declaración cargada de simbolismo y referencias históricas, afirmó: «Colombia es el corazón del mundo y no será dominada por esclavistas».
El mandatario enfatizó la necesidad de diversificar las alianzas comerciales del país, indicando que Colombia buscará expandir su comercio más allá de Estados Unidos y fortalecer relaciones con otras regiones del mundo.
Un mensaje internacional de Trump
Por su parte, Donald Trump utilizó este conflicto como una advertencia a otros gobiernos que desafíen sus políticas migratorias y comerciales. Según analistas, las acciones de Trump no solo reflejan un interés por reforzar su postura electoral, sino también una estrategia de presión hacia América Latina en su conjunto.
¿Un cambio en las relaciones futuras?
Aunque el acuerdo evitó una crisis mayor, la disputa marca un momento de inflexión en la relación entre ambos países. Colombia ha comenzado a explorar alianzas con otros actores globales, como China, y este incidente podría acelerar su búsqueda de independencia frente a Estados Unidos.
Con las sanciones en suspenso y nuevas negociaciones en curso, el futuro de la relación bilateral sigue siendo incierto. Pero si hay algo que podemos afirmar, es que esta jornada demostró el alcance de las tensiones entre el presidente progresista colombiano y el republicano norteamericano.